Afectividad y sueño

¿Qué es la afectividad?

Afectividad es la capacidad de reacción que presenta una persona ante los estímulos que provienen tanto del medio interno como del externo, y sus principales manifestaciones son los sentimientos y las emociones. Por ello no es de extrañar que se vea afectada en las alteraciones del sueño. También el sueño se ve afectado en los trastornos psiquiátricos, y esta afectación puede, en algunos casos, predecir una exacerbación de la enfermedad o el inicio de una crisis. Existe, pues, una relación bidireccional entre el sueño y la afectividad: La mayoría de las personas con un trastorno psiquiátrico presentan alteraciones del sueño y quienes tienen un trastorno del sueño presentan frecuentemente trastornos psiquiátricos.

El insomnio a menudo se relaciona con alguna patología mental y los insomnes suelen tener peor salud mental y física, y alto riesgo de desarrollar trastornos depresivos (3). También se ha relacionado la gravedad y la cronicidad del insomnio actual con los antecedentes psiquiátricos, y el insomnio crónico puede ser un síntoma residual de un trastorno mental previo.

A pesar de todo ello, ninguna variable de sueño tiene especificidad para ningún trastorno psiquiátrico. La mayoría de los pacientes con patología mental presentan una reducción significativa de la eficiencia de sueño y del tiempo total de sueño (4).

¿A quién afecta?

Los trastornos del sueño son más frecuentes en las personas con depresión que en la población general (4), y los insomnes crónicos tienen mayor riesgo de desarrollar depresión (3). Además, las alteraciones del sueño son indicadores del pronóstico de un episodio depresivo (3). Se creía que las alteraciones del sueño en los deprimidos eran secundarias a la alteración monoaminérgica, pero actualmente se piensa que también pueden ser primarias debido a que algunos trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia) preceden a la depresión, y algunas personas no deprimidas con historia familiar de depresión tienen anomalías del sueño REM (5).

Las personas con depresión presentan dificultad para dormirse, despertares frecuentes y despertar temprano, siendo habituales las quejas de insomnio, sueño no reparador y somnolencia o fatiga diurna (4). En la depresión bipolar el insomnio suele asociarse a hipersomnia, dificultad para despertar e hipersomnolencia diurna.

En la polisomnografía es característico la disminución de la latencia del sueño REM, aumento de la duración del sueño REM, aumento de la densidad de los movimientos rápidos de los ojos y alteración de la distribución temporal del sueño REM (aumenta en la primera mitad de la noche). El sueño NREM está disminuido y su primer período es más corto (4,5).

Referencias:

  1. Baglioni C, Nanovska S, Regen W, Spiegelhalder K, Feige B, Nissen C, Reynolds CF, Riemann D. Sleep and mental disorders: A meta-analysis of polysomnographic research. Psychol Bull. 2016;142(9):969-990.
  2. Benca RM, Obermeyer WH, Thisted RA, Gillin JC. Sleep and Psychiatric Disorders: A Meta-analysis. Arch Gen Psych. 1992;49(8):651-668.
  3. Eaton WW, Badawi M, Melton B: Prodromes and precursors: epidemiologic data for primary prevention of disorders with slow onset. Am J Psychiatry. 1995;152(7):967-72.
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