
¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que se caracteriza por la psicosis, la apatía, el retraimiento social y el deterioro cognitivo (Khan ZU, 2013). Como enfermedad psiquiátrica está clasificada dentro del grupo de los trastornos psicóticos.
Las personas con este trastorno tienen a menudo una percepción alterada de la realidad. El paciente puede sufrir alucinaciones y delirios. Estas anomalías les inhabilitan bastante, ya que les dificulta comunicarse con los demás, mantener un trabajo o cuidar de sí mismos.
La esquizofrenia afecta cerca de un 1% de la población general
Los síntomas de la esquizofrenia suelen presentarse entre los 16 y 30 años. 1 de cada 10.000 individuos presenta este trastorno. Según el último Plan de salud mental de Barcelona, publicado en 2018, en el año 2014 se atendieron en los Centros de Salud Mental de Adultos (CSMA) de Barcelona un total de 42.704 personas. A este incremento de consultas por salud mental, se añade el aumento de los trastornos severos. En 2005, un 22,2% de adultos fueron atendidos por trastornos graves frente al 29,5% en 2014. Entre las patologías severas destaca la esquizofrenia (12,7%) y la depresión mayor (6,6%).
Tipos de esquizofrenia
- Paranoide: muestran gran preocupación por una o más ideas delirantes o por tener alucinaciones auditivas frecuentes (oyen voces). Se sienten perseguidos, piensan que alguien les quiere hacer daño. La comunicación y afectividad de estos pacientes suele ser normal.
- Desorganizada: el lenguaje y el comportamiento del individuo son desorganizados, no responden a los estímulos externos de manera adecuada. Estos pacientes tienen una afectividad plana o reaccionan de manera inapropiada.
- Catatónica: inamovilidad (catalepsia), negativismo extremo, mutismo, adoptan posturas extrañas o movimientos estereotipados. A veces, se expresan a través de muecas o imitando las palabras o movimientos de su interlocutor, también pueden presentar una actividad motora excesiva. En este tipo de esquizofrenia la parte motora está afectada: se puede dar rigidez (estupor catatónico) y en la fase de furor el individuo puede destruir lo que tiene alrededor, si bien esta fase es muy difícil que aparezca.
- Indiferenciada: es aquella que aparece de manera insidiosa (ideas y acciones extrañas), en la que se dan síntomas como los descritos anteriormente, pero en su conjunto no se caracteriza por ser una esquizofrenia paranoide, desorganizada o catatónica.
- Residual: no se dan alucinaciones ni desorganización en el lenguaje o en el comportamiento. No tienen brotes psicóticos, pero sí creencias y actitudes extrañas o experiencias perceptivas poco habituales.
Desde un punto de vista terapéutico, se categoriza a los pacientes con esquizofrenia en dos grupos:
- Esquizofrenia con predomino de síntomas positivos: tienen alucinaciones auditivas, delirios, distorsiones graves del lenguaje y el comportamiento.
- Esquizofrenia con predomino de síntomas negativos: muestran apatía, aplanamiento afectivo, catalepsia, ausencia de voluntad para llevar a cabo ninguna tarea (abulia), pobreza del lenguaje, incapacidad para disfrutar de nada o para expresar sentimientos.
Diagnóstico: síntomas y posibles causas
Según el DSM-V, para diagnosticar un trastorno de esquizofrenia es necesario que se den dos o más síntomas y durante unos meses. Como mínimo dos de los síntomas tienen que estar entre los tres primeros del listado de síntomas y se deberán excluir posibles causas orgánicas o por consumo de sustancias.
Síntomas de la esquizofrenia:
- Delirios
- Alucinaciones auditivas, sensoperceptivas (el sujeto no siente las cosas)
- Discurso desorganizado (disgregado o incoherente)
- Comportamiento muy desorganizado o catatónico: apatía, pobreza del lenguaje, incapacidad para disfrutar
- Síntomas negativos: expresión emotiva disminuida o abulia
Posibles causas
Hoy sabemos que las causas de la esquizofrenia son multifactoriales. La alteración de ciertos genes (vulnerabilidad genética), factores socio-ambientales y la química del cerebro juegan un papel importante. Las esquizofrenias por causas biológicas tienen mejor pronóstico que las desorganizadas.
Se ha comprobado que la alteración en ciertos genes predispone a tener la enfermedad, pero la esquizofrenia no es hereditaria.
Factores de riesgo de tipo ambiental y psicosocial pueden desencadenar este trastorno. Los factores de riesgo ambientales, como las complicaciones en el embarazo y el parto, los traumas en la infancia, la emigración, el aislamiento social, la urbanidad y el abuso de sustancias, por sí solos y en combinación, actuando a varios niveles a lo largo del tiempo, influyen en la probabilidad de que el individuo desarrolle el trastorno (Stilo SA, 2019).
La alteración química del cerebro es un factor de riesgo al ser clave en la comunicación que se da entre las neuronas del cerebro. Se ha comprobado que la dopamina, neurotransmisor estrechamente relacionado con la capacidad motora, es el que resulta más alterado. Los síntomas psicóticos de la enfermedad son el resultado de una excesiva actividad de la dopamina. Esta conclusión se ha obtenido tras comprobar que enfermos de esquizofrenia tratados con medicamentos que reducen la dopamina mejoran la sintomatología de la enfermedad, en cambio medicamentos que incrementan la dopamina pueden producir sintomatología psicótica o agravarla.
Cómo tratar la esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno que puede inhabilitar a nivel social y laboral y puede iniciarse de manera aguda, con alguna acción aparatosa, escandalosa, o bien, de manera insidiosa, en la que el individuo empieza a hacer cosas raras.
Hasta el momento no tiene cura, pero los medicamentos prescritos por el médico ayudan a controlar muchos de los síntomas. La atención sanitaria al enfermo de esquizofrenia debe incluir tratamiento farmacológico, psicoterapia, educación familiar, rehabilitación y capacitación profesional.
La esquizofrenia es una enfermedad que a menudo crea malestar, inhabilita al paciente y dificulta la convivencia con las personas más próximas. Por ello, es fundamental que el enfermo esté vinculado al tratamiento, a través del cual los diferentes profesionales puedan ayudarle a él y a sus familiares a conseguir una mejor convivencia.
Los fármacos y la terapia psiquiátrica funcionan, ya que hacen desaparecer los delirios y las alucinaciones, pero es imprescindible que el paciente y sus familiares reciban terapia psicológica y orientación de profesionales que ayudarán en la reinserción socio-laboral del paciente y en una mayor integración y comunicación con su familia.
Esquizofrenia paranoide
La esquizofrenia paranoide se caracteriza porque las personas que padecen esta enfermedad tienen una percepción alterada de la realidad. Muestran gran preocupación por una o más ideas delirantes y pueden tener alucinaciones auditivas frecuentes. Se sienten perseguidos, piensan que alguien les quiere hacer daño (CIE-10, 2000). Sin embargo, la capacidad de comunicarse y la afectividad de estos pacientes suele ser normal, aunque con el paso del tiempo pueden presentar déficits cognoscitivos.
En la esquizofrenia paranoide predominan los síntomas positivos.
Como enfermedad psiquiátrica, la esquizofrenia paranoide está clasificada dentro del grupo de los trastornos psicóticos. Predominan lasi deas delirantesy suelen ir acompañadas de alucinaciones y de otras alteraciones perceptivas. Según datos publicados por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), el 1% de la poblaciónadulta de Europa y Estados Unidos padece esta enfermedad.
Diagnóstico de la esquizofrenia paranoide
La psicopatología de la persona con esquizofrenia paranoide se caracteriza por escuchar eco, tener percepciones o ideas delirantes de estar siendo controlado por otra persona, oír voces que comentan o discuten sobre él mismo, trastornos del pensamiento y síntomas negativos (CIE-10, 2000).
En el diagnóstico de esquizofrenia paranoide se deben excluir posibles causas orgánicas o por consumo de sustancias. En un primer momento no debe diagnosticarse esquizofrenia ante la presencia de una enfermedad cerebral manifiesta o durante el estado de intoxicación o abstinencia por alguna droga (CIE-10, 2000).Tampoco se debe diagnosticar esquizofrenia paranoide si los síntomas del enfermo se deben a una enfermedad previa (depresión u otro tipo de patología) o por medicación antiepiléptica.
Si bien el enfermo puede tener más de una patología a la vez, por ejemplo intoxicación por sustancias y esquizofrenia, deberá diagnosticarse cuál es la patología principal y cuál la secundaria o añadida. Podría darse el caso de que el enfermo tuviera sintomatología psicótica inducida por consumo de drogas, con lo que un primer diagnóstico seria “trastorno inducido por consumo de sustancias” (estas sustancias pueden ser alcohol, cannabis, cocaína, alucinógenos, anfetaminas u otras).
Criterios diagnósticos CIE-10
Para diagnosticar un trastorno de esquizofrenia paranoide es necesario que se dé como mínimo uno de los síntomas del apartado 1 o al menos dos de los síntomas del apartado 2 (CIE-10, 2000).
1.- Por lo menos uno de los siguientes:
- Eco, inserción, robo o difusión del pensamiento.
- Ideas y percepciones delirantes de ser controlado.
- Voces alucinatorias que comentan la propia actividad o que discuten entre sí acerca del enfermo
- Comportamiento muy desorganizado o catatónico: apatía, pobreza del lenguaje, incapacidad para disfrutar.
- Ideas delirantes persistentes extrañas e imposibles (por ejemplo, estar en comunicación con seres de otro mundo).
2.- O bien, al menos dos de los siguientes:
- Alucinaciones persistentes de cualquier tipo que se presentan diariamente al menos durante un mes y que van acompañadas de ideas delirantes.
- Neologismos (creación de nuevas palabras) y bloqueo del curso del pensamiento que dan lugar a un discurso incoherente.
- Conducta catatónica: excitación, posturas extrañas, negativismo, mutismo y estupor.
- Síntomas negativos: apatía, pobreza del discurso y embotamiento o incongruencia de las respuestas emocionales.
Aunque la sintomatología de la esquizofrenia paranoide pueda manifestarse con gran alteración de la realidad, tiene un mejor pronóstico terapéutico (mejoría) que otro tipo de esquizofrenia. La esquizofrenia con alucinaciones auditivas y delirios se considera que tiene predominio de síntomas positivos y por tanto mejor pronóstico que las esquizofrenias desorganizadas y catatónicas con predominio de síntomas negativos, como la apatía, catalepsia, aplanamiento afectivo, abulia, déficit en la comunicación, etc.
Proceso terapéutico y pronóstico de evolución
Las causas de la esquizofrenia paranoide son también multifactoriales, ya sea por alteración de ciertos genes, factores de riesgo ambientales o por alteración química del cerebro.
La esquizofrenia paranoide a menudo inhabilita social y laboralmente y dificulta la convivencia familiar. Los medicamentos prescritos por el médico psiquiatra ayudan a controlar muchos de los síntomas: a mayor número de episodios psicóticos peor evolución, debido a la aparición de síntomas residuales.
Los fármacos y la terapia psiquiátrica mejoran el estado de salud de estos enfermos, ya que desaparecen los delirios y las alucinaciones, pero para reducir la carga de la enfermedad mental se ha demostrado como muy eficaz recibir terapia psicoeducativa (Mubin et al, 2020), así como orientación y apoyo de educadores y trabajadores sociales que ayudarán en la reinserción socio-laboral del paciente y mejorarán la integración y comunicación con su familia. Estudios recientes han demostrado que la terapia cognitivo-conductual tiene un efecto positivo entre estos pacientes ya que aumenta su autoestima social, aunque no su funcionalidad (Skelton M et al, 2015).
La prevalencia de otras enfermedades en el paciente con esquizofrenia paranoide todavía sigue siendo alta: tienen entre dos y cuatro veces mayor riesgo coronario y de contraer diabetes. Por ello es importante que la terapia dirigida a estos pacientes incluya una rehabilitación orientada a educar en la realización de ejercicio, en una alimentación equilibrada y en llevar una vida sana sin tóxicos.
Bibliografía esquizofrenia
American Psychiatric Association. DSM-V. Guía de consulta de los criterios diagnósticos. Arlington, VA: American Psychiatric Association, 2013.
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Mubin MF, riwanto I, Soewadi, Sakti H, Erawati E. Psychoeducational therapy with families of paranod schizophrenia patients. Enferm Clin (Engl Ed) 2020; 30(5):326-332.
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Stilo SA, Murray RM. Non-Genetic Factors in Schizophrenia. Curr Psychiatry Rep 2019; 21(10):100.