
¿Qué es una relación tóxica?
Una relación tóxica es aquella que en lugar de fundamentarse en el amor, el respeto, la igualdad y la libertad, se basa en la dominación, la dependencia (“ni contigo ni sin ti”) y, muchas veces, en algún tipo de violencia: verbal, emocional, psicológica, sexual, financiera o física.
Las relaciones tóxicas están destinadas al fracaso, puesto que tarde o temprano alguien sale herido.
La dominación, ira y violencia que pueden caracterizar una relación tóxica es ejercida mayoritariamente por los hombres, aunque también se da en mujeres, pero en un porcentaje menor y a gran distancia de la prevalencia general. Las relaciones tóxicas tampoco conocen de fronteras ni de clases sociales, se dan en ricos y pobres, ya sean familias o países (Vaknin S, 2007).
Si bien las relaciones tóxicas se pueden dar en el trabajo, entre amigos, o bien, enfrentando a familiares, las conocemos sobre todo por su mayor prevalencia en la relación de pareja. Pero, en lo que coinciden todas ellas es en que son destructivas, erosionan la autoestima, provocan la pérdida de identidad personal, o bien, acrecientan el deseo de complacer a amigos, parejas y familiares imposibles de complacer (Carruthers A, 2013).
¿Cómo saber que estás en una?
Factores presentes en una relación tóxica (Goldberg S, 2014):
- Enfado crónico: generalmente es el resultado de la acumulación de frustraciones. No saber canalizar las expectativas no cumplidas puede desencadenar ira y agresividad. El enfado verbal puede superarse con comunicación y voluntad para cambiar, pero nunca se debe tolerar la violencia física. En caso de que ésta se produzca hay que buscar ayuda inmediatamente para salvaguardar a la víctima y tratar al agresor, ya que es un individuo enfermo.
- Dominación: se produce cuando uno de los miembros de la pareja trata de controlar aspectos de la vida del otro. Esta dominación puede manifestarse también a través de comportamientos de sobreprotección o posesión. Este comportamiento insano repercutirá directamente en la víctima que se sentirá dependiente, con miedos y sin poder de acción.
- Dependencia: la persona dominada en la relación tóxica ve mermada su independencia y libertad. Ante el control ejercido por su pareja, aumenta su nivel de dependencia para evitar problemas. La dependencia está muy relacionada con la baja autoestima y con la falta de independencia económica de uno de los miembros de la pareja.
- Aislamiento: la víctima se aísla debido al control que ejerce su pareja, quien coarta la independencia y libertad de la otra parte. No poder disfrutar de relaciones familiares y de amistad fuera de la pareja incrementarán las posibilidades de entrar en depresión. · Adicción: tener una adicción significa estar enfermo, sea cual sea el tipo de adicción: drogas, alcohol, sexo, juego, comida, etc. Por tanto, es imprescindible que el miembro de la pareja que tenga una adicción se ponga en tratamiento.
- Adicción: tener una adicción significa estar enfermo, sea cual sea el tipo de adicción: drogas, alcohol, sexo, juego, comida, etc. Por tanto, es imprescindible que el miembro de la pareja que tenga una adicción se ponga en tratamiento.
Consecuencias de una relación tóxica
- Efectos psicológicos: cada persona evolucionará de la mejor manera que sepa y pueda. Algunas de ellas resurgirán como ave fénix tras haber puesto fin a la relación tóxica, en cambio para otras el proceso de curación será mucho más lento, debiendo ponerse en manos de profesionales que les enseñen cómo superar el daño sufrido y poder vivir una vida plena.
- Desconfianza: es lógico que tras salir de una relación tóxica, el individuo esté lleno de dudas y desconfianza hacia las personas de su entorno, ya sean familia o amigos. Con el tiempo, el nivel de angustia y de desconfianza irá disminuyendo. Tras salir de una relación tóxica es muy importante cortar todos los vínculos con la persona con la que mantuvimos esa relación.
- Paranoia: es el efecto más grave y peligroso que se puede dar al salir de una relación tóxica. Las personas que tienen este sentimiento evitan el contacto con la gente y se desvinculan de la realidad, sólo encuentran alivio permaneciendo en su zona de confort. · Depresión: en muchas ocasiones salir de una relación tóxica no es nada fácil y los sentimientos de culpa, miedos y resentimientos pueden desembocar en una depresión en la que la persona afectada se encuentra inmersa en un lugar oscuro del que se sale, pero tras un proceso de terapia y trabajo personal.
- Depresión: en muchas ocasiones salir de una relación tóxica no es nada fácil y los sentimientos de culpa, miedos y resentimientos pueden desembocar en una depresión en la que la persona afectada se encuentra inmersa en un lugar oscuro del que se sale, pero tras un proceso de terapia y trabajo personal.
- Efectos físicos: incremento de la adrenalina ante el recuerdo de lo vivido o entumecimiento mental como defensa ante el miedo de lo que pueda suceder. Ambos mecanismos de defensa pueden dañar la salud física y mental de la persona. Muchas personas víctimas de relaciones tóxicas acaban consumiendo drogas, alcohol o teniendo otras adicciones como mecanismo de huida. Algunas de ellas incluso llegan a autolesionarse. La solución es la rehabilitación y recibir atención sanitaria para la salud mental que con el tiempo lograrán que el paciente quiera vivir sin sustitutos, sin adicciones.
Cómo poner fin a una relación tóxica
Una de las principales causas de las relaciones tóxicas proviene de la negatividad de uno o de ambos miembros de la pareja. Potenciar la autoestima será indispensable para generar el valor suficiente para cambiar (Goldberg S, 2014).
Si la persona dominante en una relación tóxica persiste en su actitud, la persona inmersa involuntariamente en esta relación es quién más deberá trabajar la autoestima para tomar decisiones importantes, como cortar cualquier vínculo con su pareja.
Pasos para solucionar una relación tóxica:
- Dejar de esconderse: resulta difícil aceptar que una persona tan próxima te está haciendo daño. No sirve de nada disculpar continuamente una actitud o comportamiento que nos hiere, ni tampoco pensar que con el tiempo cambiará. Es necesario ver claramente qué relación se está viviendo y el daño que se te hace.
- Analiza tu relación: a través de la observación y del análisis del origen de la relación tóxica podrás descubrir en qué momento empezó y cómo resolver los problemas. También descubrirás cuál es la mejor manera para ponerle fin.
- Solución: una vez sepas qué es lo mejor para ti será el momento de iniciar cambios. Deberás ser consciente de qué pasos vas a llevar a cabo, aunque al principio te resulte difícil. Si crees que tu relación puede salvarse, lo primero será hablar con tu pareja de lo que sucede y de cómo cambiarlo. Acudir a terapia conjunta puede ser muy útil, sobre todo para marcar aquellos límites que no se pueden sobrepasar e iniciar una nueva etapa de cooperación y respeto. Si, por el contrario, no ves posibilidad de cambios, la solución será finalizar la relación.
Tras la ruptura de una relación tóxica recuerda darte tiempo para curarte, reorganizar tus sentimientos y mantén una actitud positiva. Tus heridas se curarán.
Bibliografía
Carruthers A. Freedom from toxic relationships: Moving on from the family, work, and relationship issues that bring you down. New York: Tarcher/Penguin, 2013.
Goldberg S. Relaciones tóxicas. Reconócelas y aprende a solucionarlas o a olvidarlas. Hartford: Creative Dynamics, 2014.
Vaknin S. Toxic relationships. Abuse and its aftermath. Praga: Narcissus Publications Imprint, 2007.