María Robles Autoestima

La historia de la autoestima se inicia con William James, a finales del siglo XIX, con su libro “ Los principios de la Psicología ”.

Autoestima es la consideración que uno tiene de sí mismo. Es la capacidad de identificar y entender cómo somos y cómo reaccionamos, y el aceptarse con las cualidades y limitaciones que se tienen.

Por ejemplo, puntos fuertes y débiles, intereses, necesidades, motivaciones, valores y objetivos. No es innata sino que se adquiere y se va desarrollando a lo largo de toda la vida

El ser humano se percibe a nivel sensorial; piensa sobre sí mismo y sobre sus comportamientos: se evalúa y los evalúa; siente, en consecuencia, emociones relacionadas consigo mismo; todo lo cual evoca en él tendencias conductuales coherentes con sus percepciones, pensamientos, evaluaciones y sentimientos.

Así pues, estos conjuntos de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias conductuales dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, hacia los rasgos de nuestro cuerpo y de nuestro carácter, configuran las actitudes que globalmente, llamamos autoestima.

La autoestima en suma, es la percepción evaluativa de uno mismo.


La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, no puede menos de afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás.

Todos, pues, desarrollamos una autoestima suficiente o deficiente, positiva o negativa, alta o baja…, aunque de la manera más realista y positiva posible y que nos permita descubrir nuestros recursos personales, apreciarlos y utilizarlos debidamente, así como nuestras deficiencias, para aceptarlas y superarlas en la medida de nuestras posibilidades.

Si no nos valoramos en lo que realmente valemos, si reconocemos y apreciamos las cualidades y talentos que realmente poseemos, si no aceptamos con serenidad nuestras limitaciones, seremos presa fácil de la inseguridad y la desconfianza en nosotros mismos, y en muchos casos podemos acabar sufriendo trastornos de ansiedad, del estado del ánimo o del sueño.

¿Hay grados de autoestima?

En este sentido, una persona puede presentar uno de estos tres estados de autoestima:

Una autoestima saludable nos permite enfrentarnos a las situaciones de la vida con confianza y optimismo, y alcanzar más fácilmente los objetivos, pero una baja autoestima nos hace sentir inútiles, dubitativos, faltos de capacidad, no queridos por los demás, etc.

La persona que se autoestima suficientemente se aprecia a sí misma como persona y se considera igual (aunque diferente) a los demás, se respeta a sí misma sin culparse ni permitir que la traten mal y desarrolla y fortalece sus capacidades para tomar decisiones y resolver asuntos.

A medida que vamos creciendo debemos depender menos de lo que nos viene de fuera y afirmarnos más a nosotros mismos.

¿Qué son las Aes del autoestima?

Este concepto de las Aes del autoestima fue explicado por Bonet en su libro Sé Amigo de Ti mismo (1997).

La persona que tiene un buen autoestima posee, en mayor o menor grado, las siguientes características (las «Aes» de la autoestima«): aprecio, aceptación, afecto, atención, autoconciencia, apertura y en una palabra que incluye todas las aneriores: afirmación.

APRECIO


Consiste en apreciarse realmente a uno mismo como persona, sin importar lo que pueda hacer o tener. Simplemente apreciarse por ser persona, sabiendo que es igual a los demás pero con sus propias cualidades, incluyendo: talentos, habilidades y cualidades del cuerpo, de la mente y del espíritu.

ACEPTACIÓN


La aceptación de uno mismo es ser tolerante con cada una de sus limitaciones, de sus fracasos, debilidades o errores. Es tener en cuenta cada una de las cosas más desagradables de su personalidad o de su forma de ser y responsabilizarse de cada uno de sus actos.

AFECTO


Consiste en mantener una actitud positiva, amistosa, comprensiva y cariñosa hacia unos mismo. De esta manera la persona está tranquila consigo misma y disfruta de la soledad.

ATENCIÓN


Consiste en atenderse a uno mismo y cuidar de todas sus necesidades: psíquicas, físicas, espirituales e intelectuales.

AUTOCONCIENCIA

Es darse cuenta del propio mundo interior y escucharse a sí mismo amistosamente.

APERTURA

La apertura consiste en mantener una actitud abierta hacia los demás, sabiendo que todos necesitamos de todos. Es también reconocer al otro y asfirmarle ya que no podemos vivir de manera independiente al resto de las personas.

AFIRMACIÓN


Las afirmaciones son herramientas muy buenas para reemplazar conceptos negativos que ya no sirven. Con las afirmaciones se puede superar creencias, conceptos y actitudes acerca de uno mismo.

Se llega a la conclusión de que la autoestima es la síntesis de todos los pasos anteriores.

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