La personalidad se define como el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás.
Dentro de la categoría de trastornos de personalidad se engloba un conjunto de trastornos que se caracterizan porque las personas presentan alteraciones en el área emocional, motivacional, afectiva y de las relaciones sociales1.
Un trastorno de personalidad se define como experiencias y comportamientos que difieren de las normas sociales y expectativas. Las personas diagnosticadas con un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en la cognición, la emotividad, el funcionamiento interpersonal o en el control de impulsos, lo que genera conflictos en el área personal y en el social. La aparición de estos patrones de comportamiento por lo general se remonta al principio de la adolescencia y el comienzo de la edad adulta.
Todos ellos se caracterizan porque no se ajustan a las normas sociales o expectativas de la sociedad debido a que suelen ser inflexibles, lo que dificulta la adquisición de nuevas habilidades y comportamientos y con ello hace que la persona sea vulnerable ante los cambios. Estos comportamientos generan malestar en el individuo y en quienes le rodean y no se deben a un acontecimiento vital, sino que se presentan durante toda la vida.
Clasificación de los trastornos de la personalidad: